GESTION MONETARIA

 

Métodos de gestión de capital




                                                      GESTION MONETARIA


Existen tres buenos métodos para saber cuánto arriesgar en la próxima operación:

1.- Riesgo fijo del 2%

2.- Método incremental

3.- Fracción óptima

El propósito de estos tres métodos es el de entregarnos un número: la cantidad de euros a arriesgar en nuestra próxima operación, que luego utilizaremos para deducir cuántas acciones negociaremos.

 

Riesgo fijo del 2%

El primer método, el de riesgo fijo al 2%, consiste sencillamente en hallar el 2% del total de nuestra cuenta de trading.

Por ejemplo, si tenemos 10.000€ para operar, en ningún momento nos permitiremos perder más de:

Riesgo = 2% · capital para invertir = 2% · 10.000€ = 200€

Este método tiene de bueno que es muy sencillo y muy rápido de calcular. Cuando no tengo tiempo para revisar mis cuentas, es el que uso para calcular cuántas acciones comprar o vender (corto).

Como el 2% de la cuenta, crece con la cuenta y encoge con la cuenta, siempre arriesgaremos más o menos en función de si nos está yendo bien o mal.

Este método es el más recomendable para el aprendiz de trader. Sólo tiene un problemaNo aprovecha las rachas de operaciones ganadoras y perdedoras.

 

Método incremental

Para superar la traba de no aprovechar las rachas, tenemos este otro método, que es una sencilla mejora del anterior.

Ahora el riesgo es variable, entre el 1% y el 3%; partiendo de 2%, nos moveremos en incrementos de 0.2% según la racha.

Es muy sencillo de calcular. Veámoslo en un ejemplo:

  • Empezamos aplicando un riesgo del 2% en nuestra primera operación.
  • Ganamos (no importa cuánto); así que, para la próxima, subieremos a un 2.2%.
  • Volvemos a ganarSubimos al 2.4%.
  • PerdemosVolvemos a empezar: 2%.
  • Perdemos de nuevo: Bajamos a 1.8%.
  • GanamosVolvemos a empezar: 2%.
  • Si ganamos varias veces seguidas, llegamos al techo de 3% y, si perdemos cinco veces o más, nos estancamos en un riesgo fijo del 1% hasta salir de la racha.

Sencillo ¿verdad? Haz pruebas sobre tus propios resultados y verás como hay rachas en ellos y como habrías ganado más dinero que aplicando el método del riesgo fijo.

 

Fracción óptima

Este es el método más avanzado, más complicado y que mejores resultados da. De hecho, da los mejores resultados posibles estadísticamente.

Este método aprovecha tus resultados y las rachas en tus resultados al máximo, acelerando a fondo cuando ganas y frenando en seco cuando pierdes.

En esencia (no te voy a aburrir con el desarrollo matemático), cuando se piensa en reinvertir beneficios, uno debe maximizar la media geométrica en lugar de la media aritmética de una secuencia de resultados de operaciones.

Hay un parámetro que se llama TWR (Total Wealth Return), que es función de la media geométrica. De modo que se trata de encontrar el porcentaje de nuestro capital que maximiza al TWR. Este TWR se deriva de unos sencillos cálculos (llamados HPR) que relacionan cada resultado con la máxima pérdida de una serie.

EL SEÑOR BRENTAsí que, encontrando la f óptima (fracción óptima), tenemos el porcentaje de nuestro capital ideal para arriesgar en nuestra próxima operación.

Si tienes un sistema ganador, es muy probable que el valor de la f óptima sea demasiado grande como para llevarlo a la práctica. Es frecuente ver riesgos del 20% al 60%.

Lo que se hace es diluir este resultado dividiéndolo por diez, de modo que si la f óptima te sale del 44%, tú finalmente aplicas un riesgo del 4.4%.

Por otra parte, debes saber que existe una variante “light” de la f óptima, que es la llamada f de Kelly. Su cálculo es mucho más sencillo pero, al igual que el método de la f óptima, necesita los resultados de tus operaciones como datos de cálculo.


EL SEÑOR BRENT



Ya para finalizar, debes saber que cualquiera de estos métodos te da un número. Este número es lo máximo que estás dispuesto a perder en un determinado momento, por lo que, si tienes varias posiciones abiertas, tendrás que repartir este riesgo entre todas esas operaciones simultáneas.

En esencia, estos tres métodos son tus tres alternativas perfectamente válidas para mantener controlado el riesgo en todo momento.  Escoge la que mejor vaya contigo y aplícala desde hoy mismo.


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